Sobre el dìa de Muertos











La semana pasada, el mismo dìa que se desencadeó una de las más impresionantes tormentas cona la cual se clausuró la temporada de lluvias. Fuí al centro de la ciudad de Toluca, aompañado de un amigo, y me pude pasear por la feria del alfeñique, tipica de esta ciudad en estos tiempos, previos al mes de noviembre.
Me llama la atención el colorido de los puestos, así como lo adornado que se ponen los portales del centro de la ciudad. Lugares donde puedes encontrar lo mas dulce y tradicional del dulce para el dìa de muertos: desde los borreguitos de azúcar , hasta el dulce de pepita de clabaza, pasando por las ya comunes calaveras de chocolate, o las clàsicas ( aunque ya poco frecuentes) de azucar. La muerte se hace de dulce y siempre aparece sonriente.



Esto me hizo recordar a "la Catrina" de José Guadalupe Posada, su representación de la muerte como una mujer que rie, contrasta con las representaciones más serias y melancolicas del hombre europeo o norteamericano. La muerte es tomada a risa y broma, por parte del mexicano, al menos para minimizar sus impactos sobre la vida. El dolor de la pèrdida de los seres queridos, y tambien, el inexorable devenir de la propia existencia hasta esa certèza ùnica de la vida: su extinciòn.


Y sin embargo, pese a lo pesimista que se pueda ser, al menos desde un punto de vista existencialista. La muerte como certeza inevitable, la absurdidad de la vida, una aparente contradicciòn entre el gozo y el dolor de la vida, la preocupación por la existencia cotidiana. Bien podemos decir que en esta época del año, el mexicano intenta sobreponerse al dolor y la pena, tras la risa y la actitud de cotidianidad ante la muerte. La "flaca", la "pelona" se vuelve en un pariente, en alguien cercano, inexorable y frìa, pero a la vez dulce y comestible. Se hace presente en nuestras casas y se le invita a la mesa. Me recuerda aquel cuento de Ray Bradbury, donde los niños que celebran el Halloween, aprenden sobre los disfraces que llevan puestos y su importancia para la conciencia humana: -Tal vez si nos acostumbramos a la muerte, por su cercanía, dejemos en un momento de temerle, creo que es lo que dice el protagonista que se viste como esqueleto. Y no puedo dejar de considerar muy acertada tal respuesta.

Me recuerda aquel comentario del Dr. Xavier Noguez, cuando al hablar de la religiòn de los pueblos prehispánicos, nos hablaba de la familiaridad con la muerte. Cosa muy poco comprendida por el extranjero común y corriente. -No les entregues una calavera dal extranjero, porque, pueden pensar que quieres que mueran. Me pareciò recordar alguna vez.

Lo cierto es que al reflexionar sobre estas festividades, descubro que el pensar en la muerte, tambièn me hace pensar en la vida, en su sentido, en su fundamento o "lògos" y en si en mi caso concreto, he logrado hacer que valga la pena vivirla. El tiempo pasa inexorablemente, y un año màs es un año menos para encontrarnos con esa inevitable cita, tal vez con risa, tal vez con relajo, tal vez con llanto, pero a la vez me hace pensar en que hacer ahora, hoy, en este momento, ¿Habrè vivido lo suficiente para poder abandonar esta vida sin mucho que perder?

Un saludo...

Comentarios

Quedaron muy bien las fotos... y tienes razon en eso de la imagen de la muerte tan diferente a la de los gringos... aunque me dejaste pensando si habra una relacion entre esa imagen de la muerte sonrtiente y dulce mexicana y otras representaciones como la alemana "komm susser tod" (perdon, demasiado Evangelion) :P
rocafilosófica dijo…
Bueno, creo que sería interesante el conocer como se maneja la imagen de la muerte en Alemania, para conocer si existen semejanzas o diferencias, al menos, con escandinavia ( si viste "el séptimo sello" de Inger Bermang o Bergman, puede acercarte a la idea de temor del hombre a la muerte...

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